Por Valerya Saldaña
La universidad es una etapa que muchos disfrutamos, no importa si ya concluimos o seguimos estudiando, siempre estará plagada de experiencias y aprendizajes, y sobre todo, las presiones.
Y hablando de presiones, existe una cuestión a la cual, no se le ha dado a importancia necesaria para atender la problemática que sufren los estudiantes: La procrastinación.
Sí, esa práctica que muchos de nosotros compartimos, pero pocos se detienen a analizar cómo y por qué ataca con mayor frecuencia a los estudiantes universitarios.
La procrastinación se cierne sobre el estudiante, generando un efecto negativo debido a la entrega de tareas y proyectos. Las razones detrás de este problema son diversas, siendo el estrés uno de los factores principales que alimenta este hábito.
Además del estrés, la ansiedad también desempeña un papel difícil para el estudiante. La procrastinación se convierte en un refugio temporal para el estudiante, de manera que evitan las responsabilidades académicas, aunque con consecuencias negativas a largo plazo. La gestión del tiempo se ve obstaculizada, y las tareas pendientes se acumulan, generando más estrés y frustración cuando se acerca el plazo de entrega.
Algunas de las causas de la procrastinación son las siguientes:
• Baja autoestima: La falta de confianza en nuestros recursos y nuestras capacidades nos hacen vernos más limitados con respecto a las actividades académicas.
• El miedo a fracasar o al “qué dirán”, lleva a la resignación y el desarrollo de emociones como el estrés, ansiedad, frustración, o aburrimiento.
• Dificultad para autorregular tiempos, emociones, tendencias a la impulsividad.
Pero la procrastinación no es solo una manifestación del estrés; el ocio también tiene un papel destacado. El Internet, las redes sociales, y los medios digitales, crean una adicción y distracción hacia lo que realmente es importante, es este caso, de las responsabilidades académicas. Esto generalmente pasa de manera involuntaria o inconsciente, pero las repercusiones son reales. Ya que, el exceso del uso de artefactos móviles puede llegar a tener causas negativas en la salud y el desarrollo profesional de los estudiantes.
Con esto no te decimos que no los uses, la tecnología y el uso del Internet, también ha traído cambios muy buenos para nosotros.
Pero la consciencia de saberlo y empezar con la regulación del uso de estas tecnologías siempre son reconfortantes para nuestro desarrollo personal.
Entonces, si nunca supiste qué era lo que causaba tu procrastinación, lo más probable es que estés lidiando con el estrés universitario o simplemente te estés entregando en exceso al ocio. Recordemos que cada uno avanza a su propio ritmo, y buscar ayuda es siempre una opción para mejorar nuestro crecimiento personal, profesional y educativo. En esta etapa universitaria, desafiemos a la procrastinación y construyamos un camino hacia el éxito con pasos conscientes.
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