Nuevamente una escuela, infantes víctimas y una tragedia que cimbró a la sociedad norteamericana; ahora fue en Nashville, Tennessee, donde tres menores y tres profesoras resultaron víctimas.
Según la organización del archivo de la violencia armada, suman 129 tiroteos en el país vecino solo en 2023; de esa cifra, 25 tuvieron lugar en instituciones educativas de nivel básico.
En esta ocasión, Audrey Hale atacó con 2 rifles de asalto AK 47, el presidente Joe Biden lamentó los hechos y elogió la rápida reacción de la policía que ocurrió en catorce minutos, pero no se pudo evitar la desgracia, porque cuando un atacante cuenta con un arsenal al cual un ciudadano estadounidense promedio puede acceder, nunca se podrá responder tan rápido.
Sucesos como los de Nashville desnudan tres realidades: el grave problema de inseguridad que se vive en los Estados Unidos, la libre y descontrolada venta de armas, así como el doble discurso de republicanos como Lindsey Graham y John Neely Kennedy, quienes por un lado creen que es buena idea combatir a cárteles mexicanos en territorio mexicano pero con soldados norteamericanos y, a su vez, son también opositores a controlar la venta de armas en su propio país.
La crisis norteamericana en materia de seguridad parece no tener vías de solución, no faltan recursos, falta voluntad. La poderosa Asociación Nacional del Rifle mueve sus hilos en el Congreso, mientras la policía del mundo atraviesa por uno de sus momentos más difíciles y nada bueno se presagia.
