Frío y nieve están azotando, aún más, a los países afectados del medio oriente.
El devastador terremoto que se registró en Turquía y Siria ha destruído la mayoría de los hogares, además de las ya 23.700 personas que perdieron la vida a causa de este trágico desastre natural. No tener un refugio en estos momentos puede ser crucial, ya que las temperaturas han bajado hasta los 2° Celsius.
Ahmet Tokgoz, un sobreviviente del siniestro, pidió al gobierno que llevara a otro sitio, a la gente devastada de toda la zona. "Con este frío no es posible vivir aquí", mencionó Tokgoz. "Quienes están atrapados bajo los escombros y continúan aún con vida es probable que mueran debido al frío si no logran rescatarlos pronto”, predijo.
El periodo invernal y los fuertes daños en las carreteras de todo el país podrían complicar la respuesta al desastre en una zona que ya viene sufriendo más de 12 años por una guerra civil en Siria. Este conflicto movilizó a varias personas e hizo que muchos buscaran refugio en Turquía, por el otro lado de la frontera.
Los rescatistas no detienen su vocación de salvar a cuantas vidas puedan, pero el frío en la zona también dificulta su labor. El tiempo es crucial a estas alturas para que el número de muertos no se eleve a más.
