La calma antecede a la tormenta, las campañas han finalizado y el próximo domingo se decidirá el futuro político de la entidad más poblada y con el mayor presupuesto de la República Mexicana en un proceso accidentado, pero aparentemente no maleable a pesar de la clásica arenga del "caballo que alcanza gana"; lo cierto es que casi todas las encuestas le dan ventaja de dos dígitos a la candidata Delfina Gómez, situándola algunas hasta 18 puntos porcentuales sobre su adversaria Alejandra del Moral.
Pareciera ser que únicamente un milagro daría la victoria al Revolucionario Institucional y aliados en el Estado de México, pero los milagros no son estrategia del diablo, si Morena ha apostado todo a las encuestas y a la imagen presidencial, podría llevarse un duro revés en el bastión priista por excelencia.
Los morenistas que cantan victoria olvidan que las encuestas no miden la capacidad de operación política, y en el Edomex la maquinaria priista es material de exportación, el territorio mexiquense se convertirá en unos días en el mayor laboratorio electoral donde se podrán evaluar popularidades y arsenales partidistas, legales o ilegales; resulta ocioso hablar de pactos, de intercambios entre partidos o gobiernos, lo cierto es que nadie se puede dar el lujo de perder el Estado de México y el desaseo parece inminente.
Dicen muchos que el momento de la verdad ha llegado, pero antes del gran día, no olvidemos que la verdad y la mentira se embriagan en la misma mesa y en la resaca… suelen confundirse.
