El pasado 8 de marzo, prácticamente en secreto, los consejeros del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC), aprobaron una modificación al reglamento interno para incrementarse el bono de retiro, es decir, el dinero que recibirán una vez que hayan cumplido su periodo y sean separados del cargo.
El incremento fue del 200 %, con ello, una vez que dejen el cargo recibirán una suma superior a los 2 millones 100 mil pesos, que saldrán del presupuesto que se entrega a este instituto para la organización de las elecciones.
Con estas acciones le dan la razón al presidente Andrés Manuel López Obrador: las instituciones electorales de México, de Morelos, están en manos de burócratas ambiciosos que no les importa la democracia, sino llenar sus bolsillos con el erario público; el alto costo de las elecciones tiene en el fondo el pago de onerosos sueldos a personas que trabajan tres meses, cada tres años y después pretenden llevarse tanto dinero como puedan del presupuesto.
Ese acuerdo beneficia de forma inmediata a los consejeros Javier Arias Casas, Isabel Guadarrama Bustamante y José Enrique Pérez Rodríguez, quienes por cierto fueron destituidos, luego de que aprobaron acuerdos, o por lo menos encubrieron acciones que beneficiaron a partidos y candidatos, es decir, no fueron imparciales.
Pero gracias a los huecos legales de la ley, fueron regresados a sus puestos y serán ellos quienes se encarguen de organizar el próximo proceso electoral, su primera acción una vez que les fueron reinstalados en el cargo fue garantizar que se irán con los bolsillos llenos.
El argumento de los consejeros es que la ley les impide trabajar en oficinas gubernamentales los siguientes dos años, después de haber dejado su cargo, pero que no se supone que fueron electos como ciudadanos sin partido ni nexos con los gobiernos. ¿Ciudadanos salidos de la academia, de las empresas o del ejercicio libre de su profesión?, ¿y que al cumplir con su cargo regresarían a sus antiguas ocupaciones?
La verdad es que no es así, por lo menos esos tres fueron designados por cuotas de partido, obedecen a esos partidos y lo confirma el hecho que hasta el momento, ningún partido, incluyendo a Morena ha presentado alguna impugnación contra ese robo erario público.
Las Instituciones Electorales están en manos de una burocracia rapaz que no cuida el voto de los ciudadanos, sino la forma en la que se van a enriquecer de sus cargos. Quizá por eso las convocatorias a las sesiones del IMPEPAC son ocultas, no quieren publico y mucho menos a la prensa, para poder robar en total impunidad.
