Aunque pareciera que no hubo sorpresas, pues Morena ganó el Estado de México y la oposición se quedó con Coahuila, tal y como estaba previsto, sí hay algunos elementos que llaman la atención y que es importante destacar de la jornada electoral de este domingo 4 de junio.
El primero es que el Movimiento de Regeneración Nacional y su candidata, la maestra Delfina Gómez, no arrasaron en el Estado de México como lo adelantaban algunas encuestas.
Con el 85 por ciento de las actas capturadas, el Programa de Resultados Electorales Preliminares daba a la candidata de la alianza Va por el Estado de México el 44.4 por ciento de los votos, mientras que a Delfina Gómez el 52.5, es decir apenas 8 puntos porcentuales de ventaja.
En este caso permanecerá la duda, al menos durante un tiempo, sobre el bando que eligió el Gobernador Alfredo del Mazo, a quien la Secretaria de Comunicación del PRI, Paloma Sánchez, acusó de negociar el resultado de las elecciones locales.
¿Eso significa que veremos a Del Mazo como embajador próximamente? Ya el tiempo lo dirá.
En Coahuila, por el contrario, llama la atención la revolcada que el candidato Manolo Jiménez Salinas, de la Alianza Ciudadana por la Seguridad, integrada por el PAN, PRI y PRD, dio al candidato de Morena, Armando Guadiana.
Con el 91.2 por ciento de las actas capturadas, el Programa de Resultados Electorales Preliminares daba al candidato de Morena el 21.4 por ciento de los votos, mientras que al de la oposición el 56.8, es decir más de 35 puntos porcentuales de diferencia.
El mensaje es claro para el partido en el poder y su dirigencia nacional: el candidato sí importa, pues la marca Morena, por sí sola, no es garantía de triunfo y menos sin la presencia en la boleta electoral, como será en 2024, del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este aspecto seguramente será reconsiderado por el Movimiento de Regeneración Nacional para la elección de sus candidatos, tanto a la Presidencia de la República, como de las Gubernaturas que en 2024 se renuevan.
Finalmente el tercer punto que llama la atención es la participación ciudadana en la contienda y el desarrollo de la jornada con más o menos los mismos incidentes que se reportan en cada proceso electoral.
Si bien en el Estado de México la participación ciudadana estuvo cerca de llegar al 50 por ciento y en Coahuila alcanzó el 56.4 por ciento, la ciudadanía dio muestras nuevamente de su confianza en las instituciones electorales, que a pesar de las críticas, y con razón, que se pueden y deben hacer en su contra, son hasta ahora, los únicos elementos que dan certeza a la sociedad mexicana en materia electoral.
Vimos lo que siempre ocurre en la democracia mexicana: acarreos, compra de votos, hostigamiento a electores e incluso, esta vez, presuntas detenciones arbitrarias de militantes.
Por supuesto que son delitos que deben ser sancionados y eliminados de la democracia mexicana, sin embargo, la confianza en las instituciones es tal, que aún con sus matices, los candidatos perdedores, tanto en Coahuila, como en el Estado de México, reconocieron la derrota, dando así el crédito que se merecen, una vez más, a las instituciones electorales de nuestro País, a pesar del discurso que Andrés Manuel López Obrador ha lanzado una y otra vez en su contra.
¿Que si fueron buenas las decisiones de las mayorías en ambos estados? Eso es tema de otro análisis.
Por lo pronto, que viva la democracia.