En las últimas semanas, la UEFA y la FIFA han venido sosteniendo conversaciones sobre la posibilidad de suspender a Israel de todas sus competiciones deportivas, incluyendo la selección nacional en la fase de clasificación para el Mundial de Fútbol 2026. Esta medida surge como respuesta a la actual crisis y conflictos en la Franja de Gaza.
Con fuertes voces internacionales y de la ONU que han pedido aislar a Israel en el ámbito deportivo, similar al precedente de Rusia tras su invasión a Ucrania en 2022, se trataría de una medida que enfrentaría resistencia, especialmente de Estados Unidos, uno de los países sede del Mundial 2026, junto a México y Canadá.
La UEFA es la organización que ha impulsado con más fuerza esta suspensión. La FIFA, por su parte, consideraría tomar una acción similar en el ámbito mundial. En ambos comités parecen inclinarse a favor de esta sanción, con el argumento de ejercer presión política y moral. Sin embargo, dada la estrecha relación entre la FIFA y figuras políticas norteamericanas, el órgano supervisor del soccer a nivel mundial tendrá que pensarlo dos veces.
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense informó a la BBC que trabajarán activamente para "frenar completamente cualquier intento de prohibir al equipo de fútbol de Israel participar en la Copa del Mundo", tendría que ver con la estrecha alianza entre Estados Unidos e Israel.
Por otro lado, Estados Unidos afirma que es importante mantener el deporte como un espacio de inclusión y neutralidad política, y evitar que los conflictos internacionales repercutan en las competencias deportivas.