María Branyas Morera, la persona más anciana del mundo, ha fallecido a los 117 años de edad. La española, que residía en la residencia de ancianos de Santa Maria del Tura en Olot, Cataluña, murió "mientras dormía, tranquila y sin dolor", según informó su familia este martes.
En un mensaje publicado en la red social X, su familia expresó: "María Branyas nos ha dejado. Ha muerto como quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor. Hace unos días nos decía: un día me iré de aquí. No volveré a probar el café, ni a comer yogur... Y dejaré de existir en este cuerpo". La familia también destacó el valor de sus consejos y bondad, y recordó que Branyas había anticipado su fallecimiento, pidiendo no llorar ni sufrir por ella.
Branyas nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, pero su familia se trasladó a España en 1915, huyendo de la Primera Guerra Mundial. Vivió una vida marcada por eventos históricos significativos, incluyendo la pandemia de gripe de 1918, dos guerras mundiales, la Guerra Civil española y la pandemia de COVID-19, de la que se recuperó a los 113 años.
El presidente del Gobierno regional catalán, Salvador Illa, lamentó su muerte y la describió como "la abuela de Cataluña" y una figura entrañable que enseñó el valor de la vida y la sabiduría de los años. Branyas sucedió a la francesa Lucile Randon, quien murió a los 118 años en enero de 2023.
A partir de ahora, la persona más anciana del mundo es la japonesa Tomiko Itooka, nacida el 23 de mayo de 1908 y con 116 años. Branyas, quien vivió en la residencia de ancianos durante más de 20 años, es recordada por su longevidad excepcional y su estado de salud notablemente bueno hasta el final, lo que ha sido objeto de estudio por parte de la Universidad de Barcelona.
La persona más longeva de la historia certificada fue la francesa Jeanne Calment, que vivió 122 años y 164 días y falleció en 1997.