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(Video) Los varios escándalos que rodean a los diputados del G-15

La certera opinión de Jesús Castillo sobre los escándalos en torno a los diputados del G-15.

jesus castillo diputados g15
Foto: 24 Morelos

En los últimos días, han ocurrido acontecimientos que dejan muy mal parado al grupo de 15 diputadas y diputados que controlan la actual legislatura: por un lado, el revés del Tribunal Estatal Electoral con respecto a la situación legal del diputado Arturo Pérez Flores, y por otro, las graves acusaciones de una extrabajadora de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) en el sentido de que el diputado Alejandro Martínez Bermúdez se quedaba con parte de su salario.

Como ya se informó oportunamente, las tres mujeres que conforman el Tribunal Estatal Electoral, se armaron de valor y ordenaron al Congreso local restituir al diputado Arturo Pérez Flores como presidente de la Junta Política y de Gobierno, en un plazo no mayor de 48 horas, luego de que surta efecto la notificación legal respectiva.

De la misma forma, las tres magistradas del TEEM amonestaron a los integrantes del Pleno Legislativo por el incumplimiento de la sentencia a favor de Pérez Flores del pasado 15 de diciembre de 2022.

Por otro lado, el cuerpo colegiado que encabeza la magistrada Martha Elena Mejía, dio a conocer que el presidente del Congreso de Morelos Francisco Sánchez Zavala y los diputados de Morena Alejandro Martínez, Paola Cruz y Macrina Vallejo deberán ser inscritos en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política por Razón de Género y, de quedar firme la sentencia del Tribunal Estatal Electoral (TEEM), podrían no ser candidatos en la próxima elección.

El caso de Alejandro Martínez Bermúdez es patético. El todavía presidente de la Junta Política y de Gobierno en el Congreso del Estado de Morelos, es señalado por una de sus excolaboradoras de haberle quitado parte de su salario durante el tiempo que ha estado trabajando en la Entidad Superior de Fiscalización.

No es nada nuevo. Desgraciadamente es una costumbre muy arraigada en todos los partidos que ha servido para enriquecer rápidamente a los nuevos legisladores, tanto hombres como mujeres, y la necesidad hace que la mayoría caiga en ese tipo de corrupción.

No hay que olvidar que Alejandro Martínez llegó a la Cámara de Diputados “de chiripazo”, pues venía como suplente en la fórmula del partido Morena con Ulises Pardo Bastida como titular, pero al detectar que el exalcalde de Huitzilac se hizo pasar por indígena para lograr la diputación, el Tribunal Estatal Electoral lo bajó de la contienda, quedando Alejandro, quien tampoco es indígena pero se autoadscribió como tal para lograr sus propósitos.

Irónicamente, hoy, con una posición económica que jamás se imaginó que tendría, lucha por aparentar que no es indígena, vistiendo ropas de las mejores marcas y viajando a bordo de vehículos de lujo, haciéndose acompañar de bellas mujeres que lo asesoran en todo, pues él no tiene instrucción escolar alguna (o al menos no la difunde en la información pública de oficio del Congreso).

Una situación muy similar a la de Macrina Vallejo, quien —con todo respeto— tiene una doble personalidad: la de mujer nativa de Cuentepec, con huaraches y mandil, y la de diputada con poder, de tacones y bolsa de marca.

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