Estados Unidos y Reino Unido, con el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos bombardearon posiciones militares de rebeldes hutíes en 6 provincias de Yemen, como respuesta a los ataques contra buques comerciales en el Mar Rojo.
El ataque tuvo como objetivos la capital, Saná; la ciudad portuaria de Al Hudeidah; y las provincias de Saada, Dhamar, Taiz y Hajjah, todas ellas en el oeste del Yemen.
“Estados Unidos y Gran Bretaña tendrán que estar preparados para pagar un alto precio”, expresó el viceministro de Exteriores de los hutíes, Husein al Ezzi.
El ataque de los rebeldes a buques comerciales se presentó en apoyo a Palestina como una forma de ejercer presión económica contra Israel para que detenga la guerra ya que esta es la principal vía de transporte de petróleo proveniente del golfo pérsico, por lo que “han puesto en peligro el comercio y amenazado la libertad de navegación”, declaró el presidente de los Estados Unidos Joe Biden.