En el análisis de los gastos de las precampañas presidenciales, se evidencian estrategias divergentes entre las principales contendientes, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. La fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) reveló un contraste significativo en sus erogaciones, más allá de las cifras totales.
Claudia Sheinbaum, informó un gasto de 13.4 millones de pesos. Su enfoque se centró en eventos masivos, reflejando una estrategia de contacto directo con la ciudadanía, consolidando la presencia de su candidatura a través de reuniones multitudinarias.
Por otro lado, Xóchitl Gálvez, representante de la alianza Fuerza y Corazón por México, destinó una cantidad considerablemente mayor, alcanzando los 23.2 millones de pesos.
La estrategia de Gálvez se orienta hacia la promoción digital y en redes sociales, invirtiendo en la difusión de su propuesta a través de plataformas online y campañas virtuales.
El desglose de los gastos por parte de los partidos revela diferentes patrones como: la asignación de recursos varía significativamente entre el PRI, el PAN y el PRD. Mientras el PRI y el PAN tienen desembolsos similares, el PRD se encuentra en un rango de gastos considerablemente menor.
El INE, a través de su Unidad Técnica de Fiscalización, tiene la tarea de inspeccionar detalladamente los registros para garantizar la transparencia en el uso de los recursos de los candidatos, tanto de Claudia Sheinbaum como de Xóchitl Gálvez.
La finalidad es asegurar el apego a los topes de gastos de precampaña establecidos, evitando así cualquier irregularidad que pueda comprometer la equidad en el proceso electoral.
El recuento de los gastos no solo revela cifras, sino también estrategias y prioridades que marcan el rumbo de las precandidatas en su búsqueda por la presidencia, reflejando un claro contraste en las tácticas empleadas para conectar con la ciudadanía en este periodo previo a las elecciones.
