El Día de la Constitución de México, celebrado cada 5 de febrero, no es solo una fecha en el calendario; es el reflejo de un legado de lucha y progreso social que ha moldeado la identidad de una nación. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, emanada de la Revolución Mexicana, marcó un antes y un después en el tejido social, político y jurídico del país.
Este documento no solo desplazó la Constitución de 1857, sino que también introdujo principios revolucionarios en el ámbito de los derechos sociales y laborales, aunque, es justo señalar, dejó pendiente el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, una deuda histórica que se saldaría décadas después.
La génesis de la Constitución de 1917 se encuentra en el tumulto revolucionario que sacudió a México a principios del siglo XX. Venustiano Carranza, al frente del Ejército Constitucionalista, convocó al Congreso Constituyente en Querétaro, donde se redactó este nuevo pacto social que limitaba el poder eclesiástico y ampliaba los derechos educativos y de propiedad sobre la tierra, considerando a ríos, mares y montañas como bienes nacionales. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) describe este documento como uno de los más avanzados de su tiempo por su enfoque en la justicia social.
El 5 de febrero se convierte así en una fecha doblemente significativa, al conmemorar no solo la promulgación de la Constitución de 1917 sino también recordar la de 1857. Ambas marcan hitos importantes en la historia de México: la primera, reflejando el espíritu del liberalismo juarista, y la segunda, consolidando las reformas sociales post-revolucionarias. La celebración de este día es un momento de reflexión sobre el largo camino recorrido hacia la justicia social y la democracia.
Este documento fundamental, con 136 artículos divididos en 9 títulos, fue el primero a nivel mundial en incorporar derechos sociales, sirviendo de inspiración para otras naciones. La Constitución de 1917 no solo codificó las aspiraciones de la Revolución Mexicana sino que también sentó las bases para el México moderno, promoviendo la educación, la equidad y la soberanía nacional.
La conmemoración del Día de la Constitución es, por tanto, un recordatorio de la importancia de los valores democráticos y de los derechos sociales en la construcción de una sociedad justa. A más de un siglo de distancia, este documento sigue siendo piedra angular en la definición de México como república democrática, representativa y federal, reafirmando el compromiso del país con los ideales de libertad, igualdad y justicia para todos sus ciudadanos.
