A pesar de su reputación como un recinto de tradición y hospitalidad, el Centro Asturiano de México ha sido señalado por visitantes y socios debido a un creciente número de quejas relacionadas con el mal trato por parte de su personal.
Entre los testimonios destaca el caso de un adulto mayor de 84 años, quien fue obligado a pagar el green fee únicamente por sentarse a esperar a su hijo en el restaurante del club. El hombre no utilizó las instalaciones deportivas ni ingresó al campo de golf, sin embargo, el cobro fue justificado por una supuesta política interna.
Otro visitante reportó que se le negó el acceso por presentar una licencia de conducir digital, documento válido legalmente en todo el país. La negativa se sustentó en una regla no escrita: “solo se acepta identificación física”, una norma que no aparece en ningún reglamento oficial del club.
Estas situaciones contrastan con otras decisiones más permisivas tomadas por el mismo personal. Por ejemplo, la solicitud de intercambio de socios provenientes del Club de Golf Paraíso fue aceptada sin cumplir el plazo reglamentario de cuatro días de anticipación; la solicitud se presentó apenas un día antes. Dicha flexibilidad, señalan los denunciantes, revela una aplicación selectiva de las normas.
Los reclamos también apuntan directamente al personal de campo, especialmente al starter conocido como “Choche”, a quien acusan de prepotencia, arbitrariedad y falta de ética. En el área de Pro Shop, los reportes son similares: desatención, groserías y una actitud que, según los afectados, desvirtúa el propósito de un club social.
Socios inconformes han pedido al Consejo Directivo del Centro Asturiano que revise estas prácticas. “El respeto no se cobra ni se improvisa; se ejerce”, afirmaron en una carta dirigida a las autoridades del recinto, donde insisten en que el prestigio del club se ve comprometido por estas decisiones y actitudes.
