Luego de que este fin de semana se viralizara un video que muestra al jefe espiritual del budismo tibetano besando a un niño en los labios en el que, además, le pide que chupe su lengua, recordamos que el Dalai Lama no es el único líder espiritual que ha protagonizado grandes escándalos a lo largo de la historia.
Las imágenes que le han dado la vuelta al mundo muestran a Tenzin Gyatzo besando al menor en la boca durante un acto público y en presencia de otros adultos que no hicieron nada al respecto. La escena indignó a líderes sociales, políticos y a la sociedad general.
Aunque el Dalai Lama ya se disculpó por el “incidente” en un comunicado oficial a través de su sitio web, parece no ser suficiente para la opinión pública. “Su Santidad a menudo ‘toma el pelo’ a las personas de forma inocente y traviesa” se siente más como una justificación que como una defensa válida.
Por supuesto, no es la primera vez que un gurú espiritual está en el ojo del huracán por relacionarse con abusos. Bhagwan Shree Rajneesh, mejor conocido como Osho, impactó a esta generación por la polémica secta que encabezó y de la que se revelan los detalles en Wild Wild Country de Netflix.
Dalai Lama está siendo duramente criticado por besar a un niño, pero Osho fue mucho más allá, como líder espiritual de origen indio cometió delitos graves que van desde envenenamientos masivos hasta homicidios. Se habló mucho sobre las orgías que sucedían en su ashram y cómo es que las experiencias sexuales que ahí se vivían llegaban a niveles insospechados.
Algunos de los casos más notables incluyen también a líderes de sectas religiosas y organizaciones espirituales como el líder de NXIVM, Keith Raniere. A pesar de las acusaciones y evidencias en su contra, muchos de ellos han mantenido un gran número de seguidores leales, lo que plantea cuestionamientos morales sobre la dinámica de poder en la sociedad.
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