El tema de las pensiones en México es un desafío crucial que requiere una comprensión profunda de las bases técnicas, subraya el presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP). Esta preocupación se intensifica con el debate sobre la reforma del sistema de pensiones y el anhelo universal de disfrutar de un retiro digno.
En México, el derecho a la pensión, que protege al trabajador en situaciones como accidentes laborales, enfermedades, o al alcanzar la edad de jubilación, depende del régimen bajo el cual hayan cotizado. Actualmente, existen dos regímenes principales: el de 1973, para quienes comenzaron a cotizar antes del 1 de julio de 1997, y el de 1997, para aquellos que empezaron después de esa fecha. Es crucial destacar que el acceso a estas pensiones está ligado a tener un empleo formal y contribuir al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Para la pensión por cesantía (60-64 años), se requiere un porcentaje del salario (75-95%), mientras que para la pensión por vejez (65 años), es del 100%. Se deben acumular un mínimo de 500 semanas de cotización. El monto de la pensión se calcula basado en el salario promedio de las últimas 250 semanas cotizadas. Bajo el Régimen de 1997, las semanas requeridas para jubilarse han aumentado progresivamente, llegando a 825 semanas en 2024.
Existen tres opciones: Renta Vitalicia, garantizando una pensión de por vida ajustada anualmente a la inflación; Retiro Programado, dependiendo del saldo en la cuenta AFORE y la esperanza de vida calculada; y la Pensión Mínima Garantizada por el Estado para quienes no pueden optar por las anteriores pero cumplen con los requisitos de edad y semanas cotizadas.
La Pensión del Bienestar, establecida en 2020, es un derecho constitucional para personas mayores de 68 años (65 para indígenas y afromexicanos), sin requerir semanas cotizadas ni formalidad laboral. En 2024, esta pensión asciende a 6 mil pesos bimestrales.
Es crucial recordar que bajo la ley del '97, la pensión depende exclusivamente del saldo en la cuenta AFORE. Rolando Silva del IMCP enfatiza la importancia de la formalidad laboral para asegurar un retiro digno, ya que la mayoría de los mexicanos dependen de ingresos posteriores a la jubilación. Tanto trabajadores formales como informales deben estar conscientes de la necesidad de planificar para un retiro seguro, involucrándose en el conocimiento de este sistema.
