México enfrenta una amenaza creciente debido al cambio climático, con varias de sus comunidades costeras en peligro inminente de inundación por el aumento del nivel del mar. Este fenómeno global, exacerbado por el calentamiento de los océanos y el deshielo de los polos, pone en riesgo a populares destinos turísticos como Cancún, Cozumel, Puerto Ángel y Mazunte, así como a zonas menos conocidas pero igualmente importantes.
El avance del mar en Tabasco, donde la comunidad de El Bosque ha visto cómo el Golfo de México se adentraba hasta 500 metros tierra adentro, es un claro indicio de la urgencia de la situación. La intensificación de los ciclones tropicales y la concentración de lluvias torrenciales han llevado a inundaciones devastadoras en estados como Guerrero y Baja California Sur, exacerbando el riesgo para estas áreas costeras.
Además, el deshielo polar contribuye significativamente al aumento del nivel del mar, lo que podría resultar en la pérdida de grandes extensiones de tierra firme en comunidades portuarias y costeras de México. La situación ya es palpable en Tabasco, donde el mar ha engullido franjas de playa y decenas de hogares en el poblado de El Bosque.
La Coordinación Nacional de Protección Civil advierte sobre el incremento en la frecuencia de inundaciones y la erosión de playas como efectos directos del cambio climático. Los modelos de predicción indican que, para finales de este siglo, el nivel del mar podría aumentar aproximadamente un metro, afectando gravemente a comunidades a lo largo del Golfo de México y el Océano Pacífico.
Investigaciones recientes destacan el aumento anual de 1.89 mm en el nivel del mar en Veracruz, reflejando una tendencia global. Este fenómeno se suma a eventos extremos como la tormenta tropical Beatriz, que descargó 380 mm de lluvia en Puerto Ángel, Oaxaca, en 24 horas, ilustrando cómo el cambio climático intensifica las condiciones meteorológicas extremas.
La situación demanda una respuesta inmediata, con la implementación de políticas y estrategias de mitigación y adaptación para proteger las zonas vulnerables. Este desafío ambiental subraya la necesidad de un enfoque global y coordinado para combatir los efectos del cambio climático y salvaguardar el futuro de las comunidades costeras de México.
