A partir de este 2023, en Canadá se impuso una nueva ley que impide a los “no canadienses” comprar una casa, al menos en los primeros dos años de su residencia.
Esto se da después de que, de acuerdo a fuentes del gobierno, los precios de las propiedades se dispararan a más de 600 mil dólares durante la época más difícil de la pandemia, es decir, entre 2020 y 2022.
Este hecho ha causado gran indignación al sector inmobiliario, sobre todo porque afirman que los compradores, canadienses o extranjeros, lo hacen con la finalidad de quedarse a vivir y aportar al país, no para especular el futuro de sus vidas.
Las limitaciones de compra de casas excluyen a extranjeros con parejas canadienses, refugiados y extranjeros que adquieran propiedades en más de 3.
Ante la situación, el presidente Justin Trudeau no se ha manifestado.
