Hoy, 23 de julio de 2025, se cumplen 14 años desde que la cantante británica, Amy Winehouse falleció a causa de una intoxicación alcohólica a los 27 años de edad, con una carrera prometedora como una de las promesas del soul.
Los reflectores de Amy se apagaron en 2011, cuando fue hallada en su apartamento de Candem, en Londres, con una autopsia que indicaba un nivel bastante elevado de alcohol en su sangre, luego de una constante lucha contra problemas con la bebida y las drogas.
Sin embargo, dejó un gran legado en la música gracias a sus letras crudas, realistas y llenas de sentimiento que reflejaban su realidad, conectando así, con millones de personas en el mundo.

Todo comenzó con el jazz
Amy Winehouse nació en 1983 en Londres, rodeada de música gracias a la influencia de su familia, en específico de su padre, quien cantaba jazz como aficionado mientras que rondaba por las calles en su taxi.
Sin embargo, la constante ausencia de este mismo, debido a infidelidades, comenzó a afectar a la pequeña Amy, generando estragos que más adelante le habrían generado dependencia emocional.
Su educado oído la llevó a lanzar su primer disco, "Frank", con tan solo 20 años de edad, el cual la catapultó a la fama en Reino Unido, pero no fue hasta 2006, cuando el album "Back to Black" le dio exposición mundial y se convirtió en una estrella internacionalmente conocida.
Sus letras llenas de sentimiento y pasión, la llevaron a que en la ceremonia de los Grammy en 2008, se convirtiera en la primera mujer británica en ganar cinco premios en una sola noche, llevándose los galardones: "Grabación del año", "Canción del año" y "Mejor interpretación vocal pop femenina" por Rehab, así como "Mejor álbum vocal pop" y "Mejor artista nuevo" con el álbum Back to Black. Esto la hizo entrar en el Libro Guinness de los Récords.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, pues más allá de los focos, los escenarios y el éxito, su vida estuvo marcada por una constante batalla en contra de las adicciones, problemas alimenticios, la salud mental, una relación destructiva y una exposición mediática que mostró sus peores momentos.
Back to Black, el reflejo de quien ama demasiado
Back to Black, no solo es una de las canciones más representativas de Winehouse; es también el reflejo íntimo del dolor que uno enfrenta con un desamor.
Esta canción nació a partir de su ruptura amorosa con su entonces pareja, Blake Fielder-Civil, que la dejó sumida en profunda tristeza y en un proceso autodestructivo.
La frase “I go back to black” hace referencia directa a ese estado de soledad y recaída emocional en el que se encontró tras ver esfumarse su relación. El color negro simboliza el duelo, la depresión y el regreso a viejas adicciones.